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jueves, 18 de mayo de 2023

LA MASCARA DEL TEMPLE

 

"LA MASCARA DEL TEMPLE"


La anochecida esta cerca y empiezan a clarear en la oscuridad los primeros faroles y lámparas de aceite que iluminan las callejuelas venecianas. A mi paso, al final del callejón del Alquímico, el canal parece más agitado de lo normal, y es que las aguas del islote están mas concurridas de lo normal, es febrero y las góndolas por carnaval se multiplican. En el zaguán de mi hospedería la sombra de un caballero asoma sospechosamente, normalmente a estas horas todos estarán en la piazza de san marcos disfrutando del baile de máscaras típico de estas fechas.

Al acercarme, la sombra se introdujo en la hospedería y al entrar solo estaba presente el tendero que gerenciaba la finca. Subí rápidamente a mis aposentos, pues mi preparación como caballero me hacia sospechar que algo no estaba en orden. Al entrar en la habitación, todo estaba como lo deje, exceptuando un antifaz negro y blanco, con una cruz color granate gamada al centro, con sus ocho puntas, destacando los ocho principios templarios, y junto al antifaz un pergamino que decía así: “Tu transformación ha llegado a su fin, tu formación ha sido completada, está noche busca la luz en tu corazón, encontrarás tu lugar en el mundo… Fdo. Il commendatore”.

Estaba acostumbrado a recibir mensajes misteriosos, por mi condición de caballero noviciado, y por eso estaba en Venecia, dado que en próximas fechas tenía que visitar roma para la jura de la espada el 18 de marzo, fecha del año templario, pero aquel mensaje me pareció altamente sospechoso, ya que nadie conocía de mi viaje a la ciudad de los canales. Cogí el antifaz Y sin más me dirigí hacia la piazza de san marcos, donde se encontraba la mayoría de los ciudadanos y visitantes de esta ciudad para celebrar fecha tan esperada. El baile de máscaras hacia rato que había comenzado y sin dudarlo me diriji hacia la catedral, para investigar y buscar a alguien que se pareciese a aquel caballero negro que minutos antes se encontraba en la puerta de la hospedería.

La plaza estaba llena de mujeres hermosas y fabulosos señores, todos y todas enmascarados que mandaba la ocasión. Bellísimos vestidos, y vestimentas de la época que daban más luz de por si a aquella plaza llena de vida. De repente dos sombras negras se me acercaron, con el mismo antifaz que me encontré sobre la cama de mi aposento. Mirándome fijamente me pidieron que los siguiera, y sin más seguí tras sus pasos, abandonando a paso largo la piazza, para alejarnos y dirigirnos hasta la calle Varisco, la más estrecha de Venecia, al final se dislumbraba la orilla del río gesulti, donde se alumbraban dos lámparas de aceite típicas de las góndolas. Al llegar a la orilla nos esperaban para llevarnos hasta la isla de Burano donde según había podido escuchar de mis acompañantes il commendatore esperaba mi llegada… al llegar al lugar indicado, una casa típica de esta bella isla, la luz del sol nos había abandonado ocupando la luna su lugar… todo estaba preparado y tras un triple abrazo del commendatore me invitó a despojarme del antifaz, haciendo lo mismo mis tres acompañantes, invitándome a entrar en una sala amplia con una mesa redonda y nueve sillas. Tras una pequeña ceremonia que para mí era novedosa me despojaron de mis vestimentas y me dispusieron un hábito blanco, y una capa del mismo color con la cruz pateada en su lado izquierdo, haciéndome cumplir este juramento:

Juro ante todos vivir y morir con honor.

Juro combatir la iniquidad y socorrer al prójimo.

Juro, igual en el combate como en la paz,

que ningún caballero será considerado como enemigo

aunque sea adversario.

Juro fidelidad al Temple y esforzarme en perpetuarlo.

Juro respeto y veneración a las madres,

protección a los niños y a los ancianos,

asistencia a los enfermos y a los necesitados.

Juro respetar la fe de otros y buscar

más la verdad que la gloria,

el honor que los honores.

Si, por desgracia, yo traicionara mi juramento,

ruego ser ejecutado por la Orden como traidor.


Con solemnidad il commendatore me miró a los ojos y me dijo: bienvenido a la orden. De ahora en adelante seras bautizado con el seudónimo de Francesco Aldani, tu corazón es tu lugar en el mundo… busca siempre la verdad y lucha por el respeto y la humanidad. Tu alma siempre será el escudo que te guarde de las batallas que el miedo y la maldad propone, solo hay un camino y es el de tu propio corazón… Non nobis domine sed tuo da gloriam…. Mi próxima meta sería dirigirme a Roma para confirmar mi juramento ante la espada de la sabiduría, la más sagrada reliquia de la orden…

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