lunes, 7 de agosto de 2023

PARANDO EL TIEMPO

 



PARANDO EL TIEMPO


Por un instante en mi vida, creo que va siendo el momento de parar el reloj que siempre llevo conmigo en mi corazón. Dejar de pensar en todo lo negativo y lo que me resta y dejar que el segundero deje de marcar tic tac para poder volver a volver…

Y agradecer… Por el aire que respiro, por lo sueños no cumplidos pero que prometo luchar para hacerlos realidad… Y sonreír, por todo lo bueno que tengo, un techo que me refugia, una ducha caliente y un plato de comida que alimenta mi cuerpo… Y respirar, sentir ese aire que entra y sale de mis pulmones cada día, desde que abro los ojos y empiezo a luchar contra los problemas, el estrés, la sinrazón que rodea nuestros diarios y llenan nuestros pensamientos de esa negatividad irascible que a nada lleva y nada nos deja, tan solo desgaste…

Y es que, a mis cuarenta y tantos, no viene mal este pequeño kit kat… Analizar todo lo construido, todo lo soñado y conseguido y todo lo que dejamos atrás sin mirar hacia delante… Qué bonito es saber mirar hacia delante, sin miedo a nada, con parte del billete de nuestra vida ya cumplido, pero sumando y contando todo ese tiempo que aún le queda a nuestro reloj para darle sentido a esta isla infinita que llaman tierra y que mas que natural cada día es más artificial, sin alma y sin corazón…

Pero siempre hay que buscar esa razón que al amanecer nos de los motivos suficientes como para echarnos la escopeta del coraje a las manos y salir a morder y pegar bocaos como el ser infinito manda…

Seguro que muchos y muchas me entendéis… sabéis de que estoy hablando, cuando hay noches que al cerrar los ojos no somos capaces de agradecer el hecho o acto más insulso que nos haya pasado, pero es razón suficiente para podernos haber alegrado el día y no fuimos conscientes de ello porque andábamos enfrascados en nuestros desiertos vitales…

Y si te paras a pensar un momento… Qué crees que sentirá ese ser querido que ya no esté en este plano y desde su paraíso particular allá donde la divinidad del infinito quiera, te ve sufrir, llorar y padecer por cosas, actos o causas que realmente no tienen la mínima importancia y que de una u otra forma tienen solución…

Por supuesto que nunca está de más, soltar esas lagrimas que refresquen nuestras mejillas y calmen el infierno que alimenta nuestro interior, pero después, hay que volver a agarrar la mochila de la paz y la calma como si la vida se nos fuera en ello, para volver a volver, luchar, y continuar hasta donde nuestro destino nos dicte…

Y en esas he andado hoy, en la línea del querer resguardarme en mi mismo, en contener el llanto y no sacar los demonios que me pueden, pero lo mejor es como dije al principio parar el reloj de la sinrazón, y poner en la balanza de nuestro beneficio el sacrificio de ese tiempo sin tiempo, llorar, chillar hacia dentro, romper la barrera de la ansiedad y ser humano y porque no divino con uno mismo…Todo sea por alcanzar el camino hacia nuestra Felicidad y de una vez por todas encontrar nuestro lugar en el mundo… No prometo nada… Pero y si confiamos en nosotros mismos, creemos y peleamos… Como dicen Timón y Pumba… HAKUNA MATATA!!


Manuel Francisco Aldana Rodriguez

El trovador Alquimico

 





 

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